Mis obras hablan de belleza, misterio, fragilidad, ambigüedad, contradicción, dolor... Un color intenso puede silenciarlas, por eso, con la paleta de colores que utilizo, busco ese equilibrio donde dialoga la imagen con las palabras.
Además de la técnica, resulta fascinante la capacidad que tienes para llevar lo figurativo a la abstracción, con todo lo que eso significa para el que contempla una de tus pinturas. ¿Pretendes con ello dejar una lectura libre de cada obra?
Por supuesto, cuando un espectador está mirando una obra está viendo una proyección. Planteo preguntas con una voluntad de diálogo, o de una libre interpretación por el espectador, según su historia y vivencias. Para dar una visión más próxima a los sentimientos y emociones, utilizo la figura humana, tratándola de forma abstracta, representando el cuerpo como el concepto que quiero transmitir, y no como la figura en sí, dando origen a múltiples lecturas.
Algunas de tus pinturas, tienen un efecto de obra inacabada que resulta bastante interesante ¿Es intencionado?
Cuando estoy pintando un cuadro, surgen momentos claves, fortuitos, el cuadro vibra, funciona por sí sólo, puede que esté inacabado, pero he dado con lo que buscaba, dándolo por finalizado. Mi intención es transmitir. La técnica la considero un vehículo para llegar a su esencia, lo que explica que deje muchas veces los cuadros inacabados, con los errores o el proceso visto. Considero que existe una gran belleza en la imperfección. Nos hace más humanos.
Toda tu producción está estructurada en series, ¿cómo te planteas cada serie y cuáles son los temas que te inspiran?
Es una necesidad, hay temas que con un solo un cuadro no puedo expresar todo lo que quiero, por lo que se convierte en una serie. Me inspira el conflicto como algo inherente al ser humano, o como consecuencia de nuestra naturaleza. De ahí surge mi interés por profundizar, a través de mi obra, en las ambigüedades, debilidades y contradicciones del ser humano como individuo.
Sinsentido es el título de una de tus obras, quizás la que mejor resume tu técnica y tu estilo. Háblanos de ella.
En la obra Sinsentido, expongo todo lo dicho anteriormente, es el sinsentido de la humanidad. Somos la especie más inteligente pero al mismo tiempo la mas autodestructiva. Somos un “Sinsentido”. Podemos manifestarnos contra la guerra, los políticos, etc, pero, ¿por qué no vamos a la raíz del problema y nos manifestamos contra nosotros mismos? ¿Por qué no nos manifestamos contra nuestra desconexión con la naturaleza? Nos estamos cargando el planeta, nuestro futuro, y seguimos actuamos de forma cínica, como si no fuera con nosotros. En el momento en el que pinté este cuadro, William Kentridge exponía en el Museo Reina Sofía. Me fascinó su idea de lo absurdo. Rompe la lógica, provocando una necesidad de querer entender o saber. En el cuadro Sinsentido, el hecho de que las figuras estén inacabadas, es una forma de romper con esa lógica, ayudándome a provocar un interés por su significado y así poder dialogar de nuestras contradicciones como seres humanos.
¿Tienes alguna exposición prevista para los próximos meses?
Actualmente estoy trabajando en la serie Faces. Cuando esté más avanzada, he de concretar fechas con mi galerista, de la Galería Luisa Catucci, para exponer en Berlín. También estoy a la espera de que me confirmen fechas para otra exposición en Ámsterdam junto con otras dos mujeres artistas, organizada por MAH (Mujeres Artistas Hoy).
¿En qué proyectos estás trabajando?
En este momento estoy centrada en el proyecto Faces, que trata sobre la “Identidad”. Nos pasamos la vida preocupados por proyectar una imagen, al igual que hacemos rápidos juicios de valor sobre alguien, condicionados por nuestros prejuicios. En esta serie pongo el foco en ellos con la intención de eliminarlos y de mostrar la identidad real. Faces está siendo un reto, es la primera vez que abordo cuadros con rostros a gran escala y las dificultades también aumentan de escala. Pero intento tener flexibilidad, y reconocer lo que estoy haciendo por encima de lo que pensaba hacer.