El Círculo de Bellas Artes y La Fábrica, presentan una muestra retrospectiva de la labor de Carlos Saura como fotógrafo. La exposición estará abierta al público hasta el próximo 12 de enero, y en ella podrá verse una selección de 118 fotografías realizadas por el cineasta aragonés, junto con material de su archivo personal como polaroids, piezas audiovisuales, fotografías pintadas, publicaciones fotográficas, diarios de rodajes ilustrados y algunas de sus cámaras de fotos.
En torno a la fotografía, su primera pasión y a través de la cual llegó a la imagen en movimiento, Carlos Saura ha construido un universo ecléctico en el que caben todas sus vivencias, desde el relato de pobreza y frío de la España autárquica a las fotografías coloreadas e intervenidas por su mano; de las imágenes constructoras de escenografías, ensayos y análisis estéticos de su filmografía, a su vida más íntima, su familia. La variedad de caminos explorados hace inclasificable su obra fotográfica. Su producción funciona más bien como un diario personal que jalona los acontecimientos de su vida sin distinción, ya sean afectivos o profesionales. Es como si este artista confiara a la imagen toda su capacidad expresiva para cualquier uso, para cualquier técnica o formato, para cualquier forma de comunicación humana.
Carlos Saura, la familia en la playa, Santander, 1954
A modo de hombre del Renacimiento, Carlos Saura ha practicado toda su actividad artística en un mismo plano, sin separar unas facetas de otras. Su mundo creativo, como queda de manifiesto en esta exposición, comprende diversas disciplinas que, si bien se concentran en el cine como aglutinador de relatos construidos por imágenes y sonido, nunca ha dejado de ejercer con total dedicación.
Para desarrollar un discurso gráficamente coherente con la variedad de su producción, esta exposición, comisariada por Chema Conesa, traza un recorrido paralelo a su vida y está estructurada en cuatro capítulos:
Primer laboratorio
En este primer apartado se recogen las fotografías que Saura realiza como aficionado. Fotografía en casa y utiliza como modelos a su propia familia. En la búsqueda de un registro personal, encontramos retratos serenos y cercanos en los que usa cámaras de formato medio. Aparece ya el autorretrato, disciplina a la que volverá insistentemente a lo largo de su producción.
Saura documental
En la segunda mitad de los años cincuenta, tras ejercer durante dos años su único encargo profesional como fotógrafo del Festival de Música de Granada, Saura comienza a viajar por España captando la realidad de un país en plena reconstrucción. Su objetivo es documentar la sociedad, registrar la imagen no oficial.
Fotógrafo cineasta
En 1959, realiza su primer largometraje, Los golfos. Decide dedicarse al cine, pero no deja de lado la fotografía, que se convierte ahora en un añadido a la actividad principal, de la que obtiene un registro circunstancial de momentos. La actividad fotográfica, lejos de cesar, sigue siendo principal para Saura, que capta incansable tanto su día a día como los rodajes.
Universo Saura
En este apartado se recogen todas las influencias con las que Carlos Saura ha construido su imaginario visual. Sus referentes y amigos provienen de variadas disciplinas artísticas. Conecta con su paisano Luis Buñuel, admira a Vittorio Storaro, está inmerso en la pintura de su hermano Antonio y toma, así mismo, grandes dosis de inspiración en las mujeres clave de su vida.
La muestra presenta una pieza documental inédita rodada ex profeso para esta exposición, que recoge una entrevista prolongada de Carlos Saura en su estudio que el propio autor nos cuenta las claves de su universo creativo.
Cine de Saura y ciclos de conferencias
Complementando la exposición, y dentro del ciclo Los lunes, al Círculo, se han organizado una serie de conferencias que nos ayudarán a analizar el trabajo fotográfico de Carlos Saura. Entre otros, participarán en estas charlas el propio Carlos Saura, Chema Conesa (comisario de la exposición) y el cineasta y escritor, José Luis López Linares.
Por otra parte, el Cine Estudio del Círculo se suma al análisis del cineasta con la proyección de una selección de su amplia filmografía. Entre otros, veremos los títulos: Los golfos (1960), Ana y los lobos (1973), Cría cuervos (1976), Bodas de Sangre (1981), ¡Ay, Carmela! (1990) y Tango (1998)
Carlos Saura, Sonsoles y unas amigas, Suances, 1954
Sobre Carlos Saura
Carlos Saura nace en Huesca en 1932. Siendo niño vivió la tragedia de la Guerra Civil, cambiando de residencia conforme avanzaba el conflicto. Terminada la contienda, los Saura volvieron a Huesca y después se instalaron en Madrid. En 1952 abandonó sus estudios de ingeniería, ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (Escuela Oficial de Cinematografía a partir de 1962) y comenzó algunos cursos de Periodismo. Frecuentó las tertulias del Café Central y del Café Gijón de Madrid junto a Mario Camus, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite o Ignacio Aldecoa.
Conocido sobre todo como director cinematográfico, en paralelo ha desarrollado otras facetas artísticas afines como las de guionista, escritor y fotógrafo. Sus primeros trabajos recogen fotografías de Madrid y de los pueblos castellanos realizadas en los años 50 con la idea de publicar un libro sobre los pueblos y las gentes de España, que en aquel momento no llegó a realizarse, pues, como explica él mismo, se cruzó en su camino el cine. Este y otros trabajos de aquella época destacan por su valor testimonial y están relacionados directamente con el inicio de su trayectoria cinematográfica. Desde entonces no ha dejado de hacer fotografías, extendiendo la temática al autorretrato, el retrato familiar, la fotografía de viaje y paisajística, la de gente anónima y las fotografías relacionadas con sus películas: notas de localizaciones, recuerdos de rodaje o piezas que incorpora en la trama. En 2005 publicó la novela Ausencias, que, en palabras del autor, es su especial homenaje al mundo de la fotografía. Realiza también fotografías pintadas que denomina “fotosaurios”.
Su primera exposición fotográfica tuvo lugar en la real Sociedad Fotográfica de Madrid en 1951. En 1964 expuso junto a Ramón Masats en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en 1999 en el Centro Andaluz de la Fotografía de Armería. Al año siguiente el Cercle d’Art de Barcelona le dedicó la muestra Años de juventud (1949-1962), que itineró después por Europa. Ese mismo año recibió el Premio Aragón de la Diputación General y en 2011 la Comunidad de Madrid le otorgó la Medalla Internacional de las Artes. Ha sido investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Lumière de Lyon y por la Universidad de Dijon (Francia).