LA LATINA Y SU VIEJO HOSPITAL

TEXTO Y FOTOS: RAMÓN RIVAS 

Uno de los distritos más conocidos de Madrid es el de La Latina, un popular barrio que toma el nombre del desaparecido Hospital de La Latina y este, a su vez, del apodo con el que era conocida Beatriz Galindo, su fundadora y una de las mujeres más cultas e influyentes del siglo XVI.

Beatriz Galindo nació en Salamanca en 1465, le apodaron La Latina por el dominio que tenía desde muy temprana edad del latín y de la cultura clásica. Su erudicción era tal que llegó a dar clases en la prestigiosa Universidad de Salamanca, algo totalmente impensable en aquella época para una mujer. Beatriz Galindo fue una mujer que gozó de gran prestigio académico, por este motivo, la reina, Isabel la Católica, la mandó llamar para que fuese su profesora particular de latín. Beatriz no sólo fue su profesora, incluso pasó a ser una de las personas de confianza de la reina hasta el fin de sus días, y también fue la profesora de los hijos de los Reyes Católicos. 

El Hospital 

En madrileño barrio de La Latina, en la Calle Toledo, haciendo esquina con la plaza de la Cebada, se encontraba una de las obras más importantes que realizó La Latina en Madrid, un hospital que llevaba su nombre y que estaba bajo la advocación de la Concepción de la Madre de Dios. Este centro, inaugurado en el año en 1512, fue uno de los hospitales más populares de Madrid. 

El hospital fue demolido hace más de un siglo pero, afortunadamente, tenemos una descripción detallada del mismo realizada por el Cronista de la Villa Mesonero Romanos, de la que dejó constancia en uno de sus libros titulado: El antiguo Madrid. Según la descripción que hacía Mesonero Romanos del hospital, se trataba de un edificio carente de valor, artísticamente hablando, a excepción de su magnífica fachada gótica realizada por Maese Hazán y la escalera del interior. Otro de los elementos valiosos que albergaba el hospital eran los sepulcros renancentistas de alabastro de un solo cuerpo destinados al reposo eterno de La Latina y de su esposo que, curiosamente, nunca fueron ocupados. 

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A finales del siglo XVI, el hospital se encontraba en pleno rendimiento y contribuía en buena medida a la atención de enfermos sin recursos. Contaba con doce camas para los enfermos seglares y en otro departamento separado, seis camas para sacerdotes. Estaba atendido por cinco “dueñas” de la Caridad Cristiana que atendían a los enfermos. También contaba con un personal fijo que vivía en el propio edificio y que estaba compuesto por un médico, un boticario y un cirujano, además de otras personas que se encargaban de asuntos burocráticos y de intendencia. 

El hospital estuvo en activo hasta 1718, cuando cerró sus puertas por la falta de recursos y por el deterioro sufrido durante la Guerra de Sucesión. En 1810, el hospital abrió sus puertas una vez más, en la que sería su última etapa, hasta que en 1900 cerró definitivamente. Con la llegada del siglo XX, el hospital, que ya se encontraba en un estado ruinoso y decadente, se enfrentaba a un triste destino, su demolición. En 1904, con motivo de unas obras de ampliación de la calle Toledo, el hospital, o lo que quedaba de él, fue finalmente demolido y su solar puesto a la venta. Posteriormente, en 1909 se levantó en ese mismo lugar una iglesia y un convento de Religiosas Concepcionistas. 

Las reliquias arquitectónicas 

La destrucción de edificios singulares en Madrid ha sido una constante a lo largo de la historia, algo que, por desgracia, todavía ocurre en la actualidad, aunque en menor medida, ya que existe una conciencia social que protesta enérgicamente ante cualquier abuso de la piqueta. Esto no ocurría en el pasado, se demolían  sin miramientos construcciones centenarias sin preocuparse por su valor histórico, pero en el caso del Hospital de La Latina no fue así, muchos intelectuales mostraron su enfado por la destrucción de este edificio, incluso los medios de comunicación de la época se mostraron críticos con esta demolición. Posiblemente, por primera vez en la historia, la presión mediática contribuyó a que se salvasen los elementos más valiosos del edificio; su imponente fachada gótica y su escalera interior, que fueron desmontadas pieza a pieza para su conservación. Los sepulcros, que nunca fueron ocupados por La Latina y su esposo, fueron conservados y en la actualidad se pueden contemplar en el Museo de la Historia de Madrid. La escalera se reconstruyó pieza a pieza y se encuentra en la Plaza de la Villa, en el edificio que hoy es la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

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La famosa fachada, tras pasar un largo tiempo desmontada en uno de los depósitos municipales de la ciudad, también fue reconstruida e instalada en la Ciudad Universitaria, frente a la Escuela Superior de Arquitectura. La recuperación de la fachada estuvo a cargo de Fernando Chueca, quien le añadió un cuerpo en un aparejo de ladrillo cubierto con teja.

La fachada gótica del Hospital de La Latina, pese a su buen estado de conservación y ser uno de los pocos elementos góticos que conserva la ciudad de Madrid, es un vestigio casi desconocido por los propios madrileños, una reliquia del pasado, conservada, pero olvidada en un rincón de la Ciudad Universitaria. 

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Paradójicamente, en la actualidad, en el lugar donde se encontraba el hospital, hay un mediocre edificio de ladrillo que imita al original, incluso cuenta con una pseudo fachada gótica, también de ladrillo, muy similar a la que hubo en el pasado. Quién sabe si fue construido como un homenaje al viejo hospital o bien se trata de un sarcasmo, uno más de los que existen en la ciudad de Madrid. 


Fuentes: Mesonero Romanos, El Antiguo Madrid