20 AÑOS DE "AEROLITOS" EN ESPAÑA

POR RAMÓN RIVAS

En enero de 2020 se cumplirá el vigésimo aniversario de uno de los fenómenos mediáticos más sorprendentes ocurridos en España en su historia reciente, la que fue denominada como la "lluvia de aerolitos". Un fenómeno fascinante que sorprendió a todos cuando por toda la geografía española comenzaron a caer del cielo grandes bloques de hielo de origen desconocido.

Todo comenzó en enero del año 2000, justo cuando los españoles respirábamos aliviados por haber superado con éxito las agoreras profecías que anunciaban todo tipo de catástrofes tecnológicas por el llamado “Efecto 2000”. También en ese año nos enfrentamos al nuevo cambio monetario que, salvo una subida brutal de todos los productos gracias al denominado “redondeo”, que no era otra cosa que ajustar el valor de un euro a la moneda de 100 pesetas, los españoles empezamos a utilizar los nuevos y relucientes euros con expectación y sin grandes problemas.

Mientras ocurría todo eso, un fenómeno sin precedentes sacudió España. Se inició el día 8 de enero, cuando se informó de la caída del cielo de un gran trozo de hielo en Soria. Esta noticia no tuvo demasiada relevancia hasta dos días después, cuando los medios de comunicación informaron de la caída de otro gran bloque de hielo en la localidad sevillana de Tocina. Este hecho sí acaparó la atención de la prensa, porque cayó a la vista de todos y sobre un coche de la marca Fiat que estaba estacionado a la puerta de un bar. El trozo de hielo, de casi dos kilos, ocasionó graves daños al vehículo y no hubo que lamentar daños personales.

Tras este incidente, volvieron a caer de cielo nuevos trozos de hielo en otros puntos de España: Valencia, Murcia, Alicante, Cádiz, Huelva, Lérida, Toledo, Ciudad Real, Madrid… La caída de esos grandes bloques de hielo,  algunos con un peso de más de 5 kilos, y que fueron denominados erróneamente como “aerolitos” se multiplicaba por toda España. Raro era el día en el que los medios de comunicación no se hiciesen eco en sus noticieros de un nuevo caso de aerolitos.

El misterio que envolvía a estos trozos de hielo provocó una verdadera fascinación y, en algunos casos una auténtica psicosis. Parecía que ya no se podía ir tranquilo por la calle por el temor a que uno de esos aerolitos pudiera golpearte en la cabeza. Al fenómeno misterioso, se le añadió el componente juerguista, y pronto proliferaron nuevos “aerolitos” caseros por toda España, algunos de ellos, de elaboración tan burda, que hasta tenían forma de botella de refresco.

Durante todo el mes de enero de aquel año 2000, los aerolitos fueron los verdaderos protagonistas de las noticias en España, casi no se hablaba de otra cosa, ¡tiempos aquellos! Debido a la expectación que este fenómeno produjo en la sociedad, la ciencia tuvo que poner su lupa en este caso. Al principio, sin pruebas concluyentes, se dijo que su origen podría ser debido al agua expulsada por los aviones. Esto fue descartado rápidamente porque en las rocas de hielo analizadas no se encontraron restos fecales, por lo tanto, el misterio seguía vivo, afortunadamente, porque el hecho de poder fallecer por el impacto de una roca proveniente del WC de un avión resultaba estremecedor.

Pasado un tiempo, ya con la sociedad menos interesada en estas rocas de hielo y con más de 50 casos de impactos de aerolitos documentados, se confirmó que algunos eran falsos, pero no todos, todavía quedaban muchas respuestas sin resolver. Lo primero que se dijo es que estas rocas de hielo se llamaban “megacriometeoros” una palabra menos atractiva que los aerolitos pero que se ajustaba más al fenómeno, pues aerolito, es el nombre que se le da a un cuerpo celeste pétreo que entra en la atmósfera terrestre.

Ya se tenía un nombre, solo faltaba que la comunidad científica resolviese el misterio. Los científicos no tardaron en ponerse manos a la obra. Fueron los investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas, quienes afirmaron que esos megacriometeoros se habían formado en la estratosfera. Se descartaron las hipótesis que sugerían que eran producto de aguas residuales de los aviones y también su origen extraterrestre. Se confirmó que eran producto de un fenómeno raro que ya se había documentado en otros puntos del planeta en el pasado. Esta afirmación tranquilizó a la población y, aparentemente, acabó con el misterio, al menos para mayoría de la sociedad, no así para algunos miembros de la comunidad científica, que todavía no han sabido explicar con total precisión este singular fenómeno que también se produjo con la misma virulencia en 2001 en Italia.

Desde el año 2000, en España se han registrado alrededor de una decena de casos de impacto de megacriometeoros. El último fue el registrado en el municipio madrileño de Mejorada del Campo el 13 de marzo de 2007. Se trataba de un gran bloque de hielo con un peso aproximado de 10 kilos que cayó sobre el tejado de uralita de una nave industrial. Este fue, posiblemente, uno de los mejor estudiados. 

El estudio del megacriometeoro de Mejorada del Campo fue encabezado por el investigador Jesús Martínez-Frías, del Centro de Astrobiología y el Instituto Nacional de Técnica Aerospacial. Tras un minucioso estudio, en el que colaboraron también expertos del Laboratorio de Medio Ambiente del Servicio Criminalista de la Guardia Civil, expertos del CSIC y diversas universidades, publicaron sus conclusiones en 2008 en la revista Journal Enviromental Monitoring. En ella, afirmaron que este megacriometeoro, como los auténticos que cayeron por toda España en el año 2000, tienen un origen natural, siendo “formaciones heladas formadas con el vapor de agua procedente de la atmósfera”. 

Resuelto el misterio de las rocas de hielo, se abre una nueva hipótesis, sobre la relación que existe entre los megacriometeoros y las alteraciones climáticas producidas por el denominado cambio climático. Sólo el tiempo dirá si los científicos están en lo cierto o no.


Fuentes:

www.discovermagazine.com/environment/73-giant-ice-meteors-fall-from-clear-skies

www.agenciasinc.es/Noticias/Cientificos-y-Guardia-Civil-publican-un-estudio-conjunto-sobre-un-megacriometeoro

www.elmundo.es/elmundo/2008/05/19/ciencia/1211189531.html