El Cuartel de la Montaña, 80 años del inicio de la Guerra Civil

El Templo de Debod es una reliquia que el gobierno egipcio regaló al Estado Español por su ayuda y colaboración en el salvamento de los templos de Abu Simbel, evitando así que fueran tragados por las aguas de la presa de Asuán. Este templo de más de 2.200 años, se encuentra en la montaña del Príncipe Pío, uno de los rincones favoritos de los madrileños por la belleza de sus vistas y donde se pueden contemplar los atardeceres más espectaculares de Madrid.

debod4500copia.jpgTemplo de Debod

 

El solar donde hoy se ubica el templo, antaño fue ocupado por el famoso Cuartel de la Montaña, un inmenso edificio de ladrillo y granito que podía albergar 3.000 soldados de infantería. Este edificio fue construido en 1860 en el lugar donde el ejército de Napoleón fusiló a los madrileños sublevados en el alzamiento de 1808. En la actualidad, este cuartel es más conocido por haber sido el escenario donde se inició la sublevación militar de 1936 en Madrid.

El 18 de julio de 1936, hace justo 80 años, se produjo el alzamiento militar. Esta sublevación no pilló por sorpresa a los españoles, desde hacía tiempo se sabía que los militares planeaban un golpe de estado. La situación política y social en España se encontraba en un momento crítico y el anunciado fantasma de la guerra, alentado en buena medida por políticos de derecha y de izquierda se hizo realidad. 

En Madrid, el epicentro de la sublevación militar se encontraba en el Cuartel de la Montaña, y se produjo un día después, el 19 de julio de 1936, cuando el general Fanjul entró en el cuartel para ponerse al frente de la insurrección en la capital. El general no estaba solo, contaba con el apoyo de 150 jefes, 1.400 soldados y voluntarios. Fue ese mismo día cuando dictó un bando de guerra en el que, entre otras cosas, decía:

"El ejército español, dispuesto a salvar España de la ignominia y dispuesto a que no le sigan gobernando bandas de asesinos y organizaciones internacionales, toma por breve plazo la dirección política de España con el exclusivo objeto de mantener el orden público y el respeto a la propiedad y las personas. Exhorto a los obreros a que mantengan una actitud patriótica de acatamiento porque este movimiento tiende, en primer término, a librarnos de la dictadura de los hombres que os rigen y que os están sumiendo en la mayor miseria".  Y termina diciendo: "Viva España, viva la República, viva el Ejército".

guerra2_1.jpgOrganización de los milicianos por Fuerzas de Guardia Civil y Asalto

 

La insurrección de Fanjul y el llamamiento de los políticos a la toma del control del Cuartel de la Montaña, generó una gran exaltación popular en Madrid, produciéndose la movilización inmediata de los militares leales a la República, guardias civiles, la Guardia de Asalto y centenares de civiles que acudieron a las inmediaciones del cuartel para acabar con la sublevación.

Por la tarde, tras conocerse oficialmente la insurrección, de la Dirección de Seguridad salieron dos tanques y varios carros de combate. Uno de los tanques se situó en el cruce de la calle Ferraz con el Paseo de San Vicente y el otro frente a la iglesia de Santa Teresa, ubicada también en la calle Ferraz. En los edificios de los alrededores se instalaron ametralladoras y dos cañones se colocaron a pocos metros apuntando al cuartel.

guerra4.jpgEsperando el ataque

 

El asedio al cuartel comenzó de madrugada, con los primeros tiroteos a la fachada y con el atronador sonido de los mensajes emitidos por altavoces instalados en la zona con el fin de desmoralizar a los insurrectos. Poco después, desde un avión se lanzaron octavillas sobre el cuartel instando a los militares a la rendición. Más tarde, otro avión lanzó una bomba que cayó justo en el centro de uno de los patios provocando muchos daños.

Tras el ataque aéreo, los ánimos de los sublevados comenzaron a decaer y algunos decidieron rendirse, de una ventana colgaron una bandera blanca, aunciando así la rendición de los primeros militares que salieron corriendo a toda velocidad. Aprovechando ese momento, la multitud que se encontraba en las inmediaciones del cuartel, intentó entrar en el mismo, siendo repelidos por fuego de ametralladora, provocando la ira de la muchedumbre.

Mientras tanto, el ánimo de los militares que se encontraban en el interior del cuartel iba en detrimento al ver cómo se desarrollaban los acontecimientos, sabían que no podrían resistir el asedio sin ayuda exterior y las noticias que venían de Barcelona que hablaban de la derrota de los insurrectos en aquella ciudad, no hicieron más que minar su ya baja moral.

guerra3.pngEntrada del primer grupo de atacantes

 

En vista de las pocas expectativas de éxito, poco a poco, los sublevados comenzaron a rendirse y una vez más, de las ventanas del cuartel se colgaron banderas blancas, fue en ese momento cuando la Guardia Civil se organizó y entró en el cuartel, tras ellos, cientos de exaltados se unieron al ataque. Durante unas horas el caos, la brutalidad y el desconcierto reinaron en el recinto militar hasta que, finalmente, a las once menos cuarto de la mañana del 20 de julio, el cuartel es tomado por las fuerzas leales a la República. La toma se saldó con más de 300 muertos y el apresamiento del general Fanjul que posteriormente fue juzgado y fusilado.

guerra6.jpgMilicianas después del ataque

 

De aquel episodio histórico se relataron infinidad de detalles, algunos verdaderamente heroicos y otros curiosos y terribles. Uno de ellos, el más curioso, es que ninguno de los sublevados muertos en el cuartel fue reclamado por sus familiares. Otro detalle es la terrible narración de un periodista de la época que cuenta que una vez tomado el cuartel, pudo ver en su interior como un niño de 14 años apuntaba con una pistola a un capitán que iba con los brazos en alto.

Tras este intento fallido de insurrección en Madrid, la población mantenía la esperanza de que el alzamiento militar no pasase a mayores, nadie pensaba que la República, que estaba prácticamente muerta y enterrada desde hacía tiempo, tuviera los días contados ni que tuvieran que sufrir tres largos y espantosos años de guerra.

Finalizada la guerra,  el Cuartel de la Montaña no era más que un triste recuerdo, en su solar, en 1972 se inauguró el bonito parque donde se ubica el templo egipcio que podemos admirar en la actualidad. Nada queda de aquel edificio salvo una placa de granito que recuerda que en este mismo lugar se encontraba el Cuartel de la Montaña y a pocos metros, un monumento obra de Joaquín Vaquero, se alza en recuerdo a los hombres que murieron en su defensa. Este monumento es uno de los más desconocidos de Madrid, consta de un muro que simula una pared de sacos terreros y en el centro hay una figura humana en bronce.


Las fotos en B/N pertenecen al Archivo Rojo.