Masonería en Madrid

La masonería en España fue perseguida sistemáticamente durante gran parte del siglo XX, siendo España el país de la Europa Occidental donde su persecución y criminalización fue más eficaz y duradera. Esta persecución a la masonería se radicalizó durante la dictadura franquista que veía a los masones como un peligro social que ponía en grave riesgo la cruzada católica y la propia estabilidad del régimen.

En la actualidad, la masonería goza de libertad absoluta y no sufre ninguna persecución por parte del Estado aunque, socialmente, todavía sufre el estigma de su pasada persecución. Según un estudio realizado por la Gran Logia de España, el 66% de los masones españoles perciben regularmente expresiones de aversión hacia su condición. Según este último barómetro masónico realizado por la Gran Logia Española, el odio a los masones supera en porcentaje al odio hacia otros colectivos y minorías en España. Estos datos ponen de manifiesto que a día de hoy la masonería sigue siendo estigmatizada por una parte de la sociedad.

Los detractores de la masonería han culpado a esta sociedad de todo tipo de males, haciéndoles en gran medida responsables de la pérdida de las posesiones españolas de ultramar, de la fragmentación de España, de magnicidios o del intento de acabar con la religión mayoritaria de los españoles, la religión católica. Todavía hoy, en sotto voce y en determinados ambientes, corren rumores de la supuesta pertenencia a esta organización de políticos con gran responsabilidad en el gobierno de España a los que se les acusa de los males del país por el simple hecho de ser masones. Obviamente, estos rumores infundados son un claro ejemplo del odio adoctrinado durante décadas hacia todo lo que suene a masón.

Orígenes de la masonería en Madrid

La primera logia masónica que se funda fuera de Inglaterra se crea en Madrid en 1728, la funda el duque de Wharton junto a un grupo de militares ingleses. Esta logia es conocida como la de las Tres Flores de Lis o La Matritense. Esta logia es la que mayor vinculación ha tenido en la historia con Madrid aunque tuvo una existencia efímera.

Pese a que desde 1728 la masonería ha existido España, nunca ha tenido la fuerza y el peso que ha tenido en otros países como Francia e Inglaterra debido, en gran medida, a que su existencia en España ha estado comprometida en diversas etapas de la historia. Durante la dictadura franquista desapareció o se mantuvo en el exilio. Durante las monarquías hubo épocas en las que estuvo permitida y en otras no, por ejemplo, con José I  y con Amadeo I de Saboya estuvo permitida, pero con la mayoría de los Borbones fue prohibida. Lo mismo ocurrió durante las dictaduras, dependiendo de su “color” se permitía o no.

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La masonería a principios del siglo XX gozaba de muy buena salud y estaba perfectamente estructurada con la llegada de la II República. Finalizada la Guerra Civil, durante la dictadura franquista, la masonería estuvo totalmente prohibida y sus miembros se vieron forzados al exilio. Dos fueron los principales países a los que se fueron los masones exiliados; México, donde se podría decir que se quedó la estructura y Francia en donde muchos masones, la mayoría catalanes, se integraron en la obediencia de Touluse.

Conocida es la inquina de Franco hacia la masonería, según las malas lenguas, ese odio venía de lejos, de cuando quiso pertenecer a una de estas logias y no fue admitido. Aunque este hecho nunca se ha podido comprobar, sí se sabe que tanto su padre como su hermano Ramón sí fueron masones.

El regreso de la masonería  

En los años 70, cuando el régimen franquista estaba agonizando, la masonería en España comenzaba a resurgir, ya había un gran número de españoles que iban a Francia para practicar la masonería y cuando Franco murió ya había logias que pertenecían a la federación de Francia, ya que no pueden existir logias sueltas. Poco tiempo después, se crearon las primeras logias, fundamentalmente en Madrid y Barcelona, fue entonces cuando se planteó la creación de una gran logia en España. 

En la actualidad, la masonería en España está perfectamente organizada y estructurada, se estima que entre todas las obediencias, habrá unos 4.000 masones. Lo que nunca se ha podido recuperar es el patrimonio con el que contaba la masonería española en el pasado, desafortunadamente, el patrimonio con el que contaba antes de la Guerra Civil desapareció ya que estaba a nombre de personas y no de instituciones, por lo que no se pudo devolver nada como se hizo por ejemplo con otras organizaciones como la UGT.

La Gran Logia Provincial de Madrid

Es evidente que la masonería siempre ha tenido un halo de secretismo que, junto a su rica simbología, ha suscitado todo tipo de sospechas e intrigas pero ¿realmente es una sociedad secreta? ¿Son un peligro para la sociedad? Para responder a estas y otras preguntas me he adentrado en la Gran Logia Provincial de Madrid a la que amablemente fui invitado, para saber quiénes son, qué hacen y cuál es su aportación a la actual sociedad madrileña y española.

La sede

Para conocer la Gran Logia de Madrid, concerté una cita con uno de sus responsables, D. Javier Escalada, representante de la GLE que, amablemente, me citó en la propia sede ubicada a en la calle Juan Ramón Jiménez. Está situada entre numerosos edificios de oficinas y la entrada de acceso pasa casi desapercibida si no fuese por las columnas dóricas que jalonan la puerta de entrada y el inconfundible símbolo masónico de la escuadra y el compás que está situado en el dintel de la puerta.

Nada más entrar nos encontramos con una sala de acceso en cuyo techo, ligeramente abovedado, hay una representación de la bóveda celeste circundada por los diferentes símbolos zodiacales. En las paredes de la sala de hay varios de retratos de diferentes personajes, grandes maestros a nivel nacional ataviados con los característicos mandiles masones y sobre ellos, los escudos de diversas logias. Además de los retratos, varias vitrinas atesoran infinidad de objetos conmemorativos procedentes de diversas colecciones privadas en lo que comienza a ser un pequeño e interesante museo. 

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Esta gran sala es compartida por otras logias, la GLE es una federación de logias que funciona de forma similar a una comunidad de vecinos. Hay federaciones regionales y federaciones nacionales. A nivel nacional es la Gran Logia de España y en el caso de Madrid es un distrito, algo similar al concepto romano, es decir, una gran logia provincial de Madrid que cubre toda comunidad que aúna un total de 18 logias. La Gran Logia Provincial de Madrid es el aparato administrativo y económico.

La primera sede de la GLM se abrió en 1978 en la calle de la Cruz, después se trasladó a la calle López de Hoyos y en 1997 se instaló definitivamente en la flamante sede de la calle Juan Ramón Jiménez. La sede fue cedida a la logia y fue pagada por todos los miembros.

Continuando con el recorrido por la sala de acceso, de una de sus paredes cuelga un llamativo tablón en donde aparecen reflejadas las logias, todas ellas tienen un número de matrícula que está determinado según se van formando. También aparecen los días en los que se reúnen y un color que corresponde al rito que y el idioma.

El numero de logias no es inamovible, se puede formar otras nuevas. Para la formación una nueva logia, los interesados han de cumplir con unos requisitos determinados: presentar un proyecto, estar compuesta por siete masones y darla un nombre. Las logias pueden tener nombres de persona, de ciudades o de temas simbólicos. Una vez presentado el proyecto y aceptado, la GLE le otorga un número de matrícula que corresponde al número de logias que se van formando. Junto a este tablón, una gran foto del rey Felipe VI con su firma preside esta sala.

La sede cuenta, además, con un sencillo salón donde se realizan las cenas y cuyas paredes están decoradas con diferentes inscripciones y símbolos, así como cuadros con representaciones de los diferentes ritos masónicos. Hay un cuadro que es especialmente llamativo con la representación del Templo del rey Salomón, de importante simbología por ser, entre otras cosas, la morada de Dios o como los masones definen, “el gran arquitecto del universo”.

Además de las estancias administrativas, la sede cuenta con una pequeña pero bien nutrida biblioteca y dos templos que son los lugares más importantes así como los más llamativos y simbólicos.

Los templos

De los dos templos existentes, el más llamativo es una gran sala de forma rectangular donde el rojo es el color predominante y el color utilizado en el rito escocés antiguo aceptado, es un rito con mucha simbología astrológica y alquímica.

Todos los rincones del templo tienen elementos cargados de simbología ya que la imaginería y la simbología masónica está en su totalidad heredada de la historia. La entrada al templo está jalonada por dos columnas de estilo salomónico y a su lado unas granadas que simbolizan la fraternidad entre todos los masones de la Tierra.También a la entrada hay dos grandes piedras una en bruto y otra pulida con forma de cubo. La masonería considera a las personas como una piedra bruta que se tiene que pulir para ser parte de una gran construcción, por ello, la piedra sin pulir representa al aprendiz y la pulida simboliza el perfeccionamiento.

En el centro del templo hay tres columnas cuyos capiteles pertenecen a los tres órdenes arquitectónicos clásicos. Cada una de ellas está relacionada con los “oficios” de venerable, primer vigilante, segundo vigilante y cada uno de ellos se identifica con un valor. Sobre las columnas pende del techo un péndulo y una plomada, como símbolo de rectitud y los lemas de igualdad, libertad y fraternidad. 

Al fondo de la sala hay una mesa que la preside el venerable maestro. Tras la mesa,  hay  una especie de pendón con el acrónimo A.L.G.D.G.A.D.U. que significa “A La Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo”. A los lados de la mesa residencial hay dos sitiales donde se sientan dos vicepresidentes llamados “vigilantes” y a los que se les denomina como primer y segundo vigilante. Cada uno de ellos tienen su misión: el primer vigilante se encarga de los compañeros, el segundo vigilante se encarga de los aprendices en su formación y el venerable maestro se encarga de los maestros. Las referencias a la cultura clásica están patentes en el lugar donde se sientan los aprendices, donde hay una representación de una Venus clásica. Junto al puesto del primer vigilante hay una pequeña imagen de Hércules como representación de la fuerza. En el lugar donde se coloca el venerable maestro está presidido por una imagen de Atenea por su representación de la sabiduría.

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El segundo templo es algo menos llamativo y es donde se celebran periódicamente las charlas y coloquios a las que puede acceder todo aquel que lo desee. Se accede a este  templo por un pasillo cuyas paredes están forradas con unos lienzos impresos con fotografías antiguas de masones en España, todas ellas procedentes del Archivo de Salamanca.

Es un templo que, a diferencia del anterior,el color azul es el que predomina. Para los masones representa el universo y está organizado según marcan los puntos cardinales.También aquí hay tres columnas con los órdenes dórico, jónico y corintio que representan la fuerza, la sabiduría  y la belleza respectivamente.

Al fondo del templo hay un estrado con una mesa presidencial jalonada por dos vidrieras y sobre ellas, la alocución de la gloria del Gran Arquitecto del Universo. Alrededor de toda la sala hay una amplia colección de estandartes de las diferentes logias que hay en España, así como otras extranjeras y algunos estandartes de cuerpos paramasónicos.

Requisitos para ser masón

Llegados  a este punto quise saber los motivos por los que alguien decide ser masón y qué es lo que aporta la masonería a una persona. Según palabras del representante de la GLP de Madrid “Hay gente que se acerca para preguntar sobre la labor social de la masonería, en realidad no se trata de una institución para labores sociales, todo aquel que se mete a la masonería lo hace con el propósito de mejorar como persona. Nos somos una escuela de auto ayuda y tampoco hacemos proselitismo, lo único que utilizamos es un método que nace en 1718 con unos rituales y con algunos ritos que han ido tenido influencia durante los últimos 300 años, por eso algunas conferencias de las que hacemos, tratan temas como la alquimia o la cábala, porque tienen mucho peso y un componente esotérico. La masonería es una fraternidad iniciatica”.

Una vez aclarado este asunto me interesé por los requisitos y el proceso de aceptación. “Cualquiera puede ser un miembro de la Gran Logia de España, solamente hay dos requisitos obligatorios: ser varón y no ser ateo. Se considera necesario tener una creencia espiritual, cualquiera de ellas, siempre que se crea en la existencia de un creador. Existen otros grupos que no tienen este filtro de la creencia de un creador y con respecto a la mujer, hay logias que son femeninas y mixtas”, Afirmó el representante de la GLP. El proceso para la aceptación de un nuevo miembro es relativamente sencillo, una vez que el candidato ha sido presentado, se realiza una votación. Para ello a todos lo miembros se les da una bola blanca y una bola negra, después se va pasando uno a uno por todos los miembros una urna donde cada uno de los miembros introducen la mano y echan la bola que consideran oportuna, la blanca para su aprobación y la negra para su negación. Seguidamente, otra persona que porta un pequeño saco, pasa por todos los miembros que ya han votado para que depositen la bola sobrante en el saco y así asegurar el secreto de la votación. Una vez hecho esto, el presidente comprueba las bolas introducidas en la urna, si son todas blancas se acepta a la persona que quiera integrarse pero si hay dos bolas negras se rechaza. Este sistema también lo usan otras  organizaciones como notarios y en el Ateneo”.

La leyenda negra

A lo largo del siglo XIX y sobre todo del XX, en determinadas épocas, la masonería ha sido acusada de gran parte de los males de España y de conspirar. La Iglesia Católica también ha contribuido en gran medida en alimentar este odio, así que sin más preámbulos pregunté al representante del la GLP de Madrid qué hay de cierto en este tema y esto es lo que me respondió: “La masonería está compuesta  por personas con ideas y credos muy diferentes, tenemos prohibido hablar de temas políticos y de religión. No conspiramos contra nadie, de hecho, los juramentos de los masones incluyen el cumplimiento de la leyes del país donde se reside y el no conspirar. Te diré más, cuando se organiza una cena el primer brindis siempre se hace por el rey”. 

En relación a la iglesia y la masonería el representante afirma que “los masones, sí exigen la creencia en un principio creador, no hay un principio de ruptura con ninguna religión. Es cierto que a principios del siglo XVIII la iglesia promulgó que se masón significaba la excomunión. Desde finales del papado de Juan Pablo II la cosa se suavizó y ahora los masones están sólo en “pecado mortal”, pero igual que lo puedes estar tú si lees el horóscopo del periódico, (bromeó) pero en realidad la masonería tiene buenas relaciones con la iglesia, colabora en acciones solidarias con ella. Los masones no quieren ser sustitutos de la iglesia ni la masonería es una religión, de hecho, cuando alguien se inicia en la masonería, hace un juramento sobre la Biblia en el caso de que sea cristiano, si no lo es, los reglamentos de la GLE permiten utilizar cualquier otro libro sagrado. Lo único que la masonería promulga son valores globales como la igualdad, la libertad, la fraternidad y virtudes reconocidos por cualquier cultura”

Además de las desavenencias con la Iglesia Católica, los masones y sus ritos pueden suscitar sospechas y todo tipo de suspicacias, en relación a ello esto es lo que me respondió el representante de la GLP de Madrid: “posiblemente los ritos masónicos pueden provocar ciertas suspicacias, las logias se reúnen por las noches, y los masones tienen prohibido identificar la condición de masón de sus miembros, salvo que ellos mismos quieran manifestarlo, esto puede hacer que la gente sospeche y que crean que los masones se pasan la vida conspirando pero la realidad es muy distinta. Siempre digo que el masón es un conocedor de mucho y un experto de poco cuyo único propósito es mejorar como persona”.

En la misma línea, me interesé por las acciones que realiza la GLP de Madrid  para “normalizar” y para hacer visible la realidad de la masonería y esto es lo que me respondió el representante de la logia: “Desde hace seis años organizamos actividades de puertas abiertas con el fin de dar a conocer la masonería, también hacemos conferencias con temas afines a la masonería para que pueda también aportar cosas a los propios miembros. Es, además, una forma de reunirse en otro contexto. También se organizan acciones solidarias como la recogida de alimentos, de libros o juguetes que luego son entregados a personas y organizaciones que lo reparten con personas desfavorecidas, bibliotecas populares, etc”.  Para resaltar las diferencias entre España y otros países en donde la masonería tiene un peso mayor, el representante de la GLPM  dijo que: “en Chile, su presidenta, después de tomar la presidencia, fue a la Gran Logia de Chile para dar su primer discurso fuera de la presidencia. En Francia, cuando tienen que hacer una ley por algún tema conflictivo moralmente, el presidente de la república  llama a las tres grandes obediencias para pedirles opinión, luego el presidente hará lo que le dé la gana pero antes pide reunirse con ellos. Otro ejemplo está en EEUU, donde el presidente jura sobre una Biblia masónica con la escuadra y el compás… Aquí no ocurre nada de eso”.

Si bien es cierto que nada de esto ocurre en España, la GLPM ha sufrido algunos desaires y actos vandálicos, su representante me habló de estos dos casos: “Se dan situaciones extrañas, por ejemplo, hace un tiempo, quisimos hacer una reserva en un restaurante para más de 400 comensales por una reunión, me identifiqué como representante de la Gran Logia Provincial de Madrid y, curiosamente, no me me contestaron. Al día siguiente, hice la misma reserva pero esta vez sin vincularme a la masonería y me respondieron que no había ningún problema…” “También se produjeron algunos actos vandálicos de poca importancia, pintadas en las que se podía leer vivas a Franco y masones rojos”.

Pese a la incomprensión y el desconocimiento de gran parte de la sociedad española hacia la masonería, anualmente, unas 600 personas llaman a las puertas de esta organización en Madrid manifestando su interés por pertenecer a la masonería, aunque no todos son aceptados, alrededor de 50 personas son sólo el número de personas que finalmente ingresan en la GLPM. Aunque entrar en la masonería no es fácil, salir de ella no conlleva ningún problema, basta con manifestar el deseo de no seguir perteneciendo a esta organización.


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